Exposición 2021 / De Esperanzas y Esperas Galería Tristá Trinidad

Una de las actividades principales que tiene lugar con motivo de la conmemoración del Centenario de Cintio Vitier, es la presentación de una exposición personal de la artista Silvia Rodríguez Rivero en la Sala El Reino de este Mundo, de la Biblioteca Nacional de Cuba José Martí. Esto no sólo constituye un feliz acontecimiento que exalta el lazo familiar y espiritual de la pintora con el poeta, y de este con la institución que le fue tan cercana y querida, sino que llena de luz y de colores esta celebración.

Por: Moraima Clavijo
Curadora

Desde que conocí la obra de la pintora Silvia R. Rivero, pensé en lo mucho que tenía que ver con Trinidad y en lo importante que sería presentar aquí una muestra personal de la artista. Nadie imagine que para esta apreciación pensé en quitrines, torres de la Villa u otros elementos evidentes, creo que el secreto está en la magia de esta Ciudad y en la que envuelve las obras de la artista.

La presencia de vegetación y arquitectura, personajes transmutados en figuras aladas, alusión a vitrales y elementos arquitectónicos como las escaleras y los medio puntos, me recuerdan la memorable escena de la película Lucía, donde lo real y lo fantástico se mezclan en una ventolera que arrasa todo lo que encuentra en la misma Plaza Mayor de la Ciudad.

Numerosas son las obras que serán presentadas al público por vez primera, y en el caso de la de mayor dimensión, denominada Laberinto, a pesar de tener ya algunos años, solo ha sido expuesta en nuestro país en Santiago de Cuba. La mayor parte de las piezas constituyen obra reciente, en evidente madurez en relación a los balbuceos iniciales de algunas piezas que atesora como recuerdo de lo que significó su decisión de pintar después de una carrera consolidada en otros ámbitos artísticos, para decidir volcarse en la plástica de forma definitiva.

Su indisoluble relación con la música nunca la abandonará por razones obvias y por su propia sensibilidad. Dan fe de ello, las tres piezas dedicadas a ilustrar la colosal obra Habana Concerto de José María Vitier, homenaje a los 500 años de la Ciudad y dedicada a Eusebio Leal, cuyo estreno espera aún mejores momentos. Son estas PórticoMediopunto y Vitral.

Otras como Guardianes del bosque o De una infancia a otra infancia, testimonian su versatilidad y la reiteración de los temas que la fascinan, criaturas imaginadas, perspectivas como pretexto para ser habitadas por múltiples personajes, que nos permiten diversas interpretaciones. Tal es el caso del cuadro que da nombre a la exposición, De esperanzas y esperas, el último que la artista ha concluido en días recientes, después de ver la luz Complicidad, igualmente incluida en esta selección.

Piezas de carácter más íntimo, como las dedicadas al poema que Gastón Baquero compusiera para su entrañable amiga Fina García-Marruz, por primera vez ilustrado, serán también una primicia, son estas Un caballito trotero y unas flores amarillas y Un río con tres orillas.

Los retablos, formas escultóricas que combinan varios soportes, en Trinidad recuerdan la religiosidad de la Villa y toman una nueva significación al abordar temas de carácter espiritual pero no obviamente religioso. Ésta tan deseada exposición, finalmente presentada en la prestigiosa Galería Tristá, bajo los auspicios de la Dirección Municipal de Cultura, la Oficina del Conservador de la Ciudad, las autoridades locales y el apoyo de entrañables artistas y amigos, pondrá a los trinitarios en contacto con una obra diferente, única, tradicional y renovadora a la vez, y que después de conocerla, creo que sentirán que también les pertenece.